Comendador, Elías Piña.- El personal del hospital Rosa Duarte de esta provincia debe cada día cubrir la demanda de pacientes haitianos que vienen en busca de salud al centro asistencial, porque en su país le cuesta dinero y no pueden pagarlo. “Yo viví aquí tres años y he dado luz a tres hijos en este hospital, porque me tlatan muy bien. Aquí yo no pagá nada y me dan de todo. Cuando mis hijos enferman yo traerlo aquí y ellos sanan”, dijo Sonia Bautista, de 28 años de edad, y madre de siete hijos.
Ella dio a luz aquí al primero de sus últimos tres hijos y por las atenciones que recibió del personal médico que trabaja en el hospital Rosa Duarte, decidió vivir de este lado de la isla donde dio a luz a otros dos niños. Destaca que tanto ella como sus hijos y su esposo comen dos veces al día desde que viven aquí.
De acuerdo con los testimonios del personal médico del centro asistencial, la tarea más dificil la realizan con las parturientas haitianas, quienes ven por primera vez a un médico cuando se inicia su labor de parto o llegan ya paridas para que los galenos terminen el trabajo.
La directora del área de Epidemiología, Natividad Fortuna, precisó que casi la totalidad de las pacientes que llegan de Haití son de alto riesgo, razón por la cual hay que suministrarles medicamentos costosos a ellas y a sus bebés cuando nacen.
“Aquí nos llegan pacientes de Haití en labor de parto, tiradas atrás en la cama de una camioneta y hasta en motores, pero desde que llegan se les brinda la misma atención que a las dominicanas, porque no tenemos bandera ni distinción de color”, dijo la epidemióloga Fortuna.
La especialista informó que los casos de parturientas que llegan con la placenta desprendida son frecuentes y que por lo regular los familiares de éstas desaparecen, por lo que el centro de salud tiene que costear la sangre que demandan.
“Aquí vivimos con un corre corre diario con esas pacientes”, agregó.
De acuerdo con los datos suministrados por la Secretaría de Salud Pública, las pacientes haitianas demandan el 70% de los servicios en el área de Gineco-obstetricia del hospital Rosa Duarte.
La doctora Fortuna informó que el pasado mes se hicieron 40 partos de madres haitianas en el centro de salud, mientras por consultas atendieron 279 haitianos, internaron 27 y por emergencia llegaron 93 casos.
Destacó también que las mujeres haitianas cruzan a Elías Piña a vacunar a sus hijos en el hospital y no se les cobra un centavo.
“Aquí recibimos pacientes embarazadas desnutridas que han durado desde una semana hasta tres meses internas y cuando les damos de alta, tenemos que buscar una ambulancia y llevarla a su país, porque los familiares desaparecen como por arte de magia”, agregó.
Informó que más del 40% del presupuesto destinado al hospital Rosa Duarte lo consumen los haitianos.
“Aquí nos llega de todo desde Haití. Recibimos pacientes baleados, amacheteados, golpeados, parturientas, y niños desnutridos, entre otros casos. La verdad es que los casos de pacientes que llegan a nuestro hospital son los más críticos, porque nos llegan deteriorados”, agregó.
Falta educación
El doctor Magrus Philizaire, de nacionalidad haitiana, graduado en la Universidad Estatal de Haití, y quien también realizó una especialidad en gineco-obstetricia en este país, dijo que por lo regular las pacientes haitianas que recibe en el centro de salud, desconocen hasta la última fecha de su menstruación, por lo que se les dificulta trabajar con ellas.
Puso el caso de Dalinda Andrés, quien llegó en la madrugada de ayer a punto de dar a luz y no se había hecho un solo chequeo prenatal.
“Esas son pacientes difíciles de manejar, porque uno no sabe con qué se va a encontrar. A veces el embarazo es mellizo y nos damos cuenta al momento de dar a luz. Esas son pacientes de difícil manejo”, subrayó.
Destacó que las mayores complicaciones las enfrentan esas pacientes, porque el médico tiene que iniciar de cero para poder hacer un buen trabajo. “En esas pacientes se gastan muchos recursos. Bueno, cuando nos llegan con la placenta explotada lo primero que hacemos es preservar la vida de la madre y si el producto está vivo, buscamos la forma de salvarlo también”, agregó.
Sin embargo, señaló que una vez la paciente haitiana es ingresada en condiciones delicadas de salud, el hospital asume sus gastos, aún y cuando se tenga que buscar sangre o medicamentos fuera de la institución.
El galeno explicó que el mayor número de mujeres haitianas que da a luz en el hospital Rosa Duarte oscila entre los 15 y los 18 años de edad. Indica que entre los 18 y 25 años, la mayoría ya ha tenido tres o cuatro hijos.
En el centro también se informó que allí se aplica el programa de trasmisión vertical para evitar que los hijos de madres HIV positivas se infecten, pero según señala la doctora Fortuna, muchas veces los esfuerzos que hacen con esas pacientes son en vano.
De su lado, la doctora Delia Alcántara, encargada de la Unidad de Atención Integral, explicó que las madres entre 15 y 34 años son las más afectadas, porque ninguna protege a sus hijos del VIH, debido a que desconocen los beneficios del procedimiento y no visitan el centro con regularidad.
Dijo que cuando una paciente es diagnosticada al inicio del embarazo, se desaparece y vuelve el día del parto y el principal inconveniente es que dan direcciones y nombres ficticios por lo que se hace imposible su localización.
“Nosotros salimos a buscarlas, pero nadie las conoce. Tenemos casos de niños que han nacido sanos, pero las madres los amamantaron, a pesar de que les advertimos que no podían hacerlo y los infectaron, entonces vienen con los bebés en estado crítico y ya es poco lo que podemos hacer”, dijo. Destacó que un número considerable de mujeres HIV positivas da a luz en sus casas, porque saben su condición y sólo van al hospital para que las revisen y vuelven a desaparecer.
Explicó también que difícilmente pueden convencer a estas pacientes de que deben dar a luz por cesárea, porque ellas señalan que no tienen quien las atienda y prefieren los partos vaginales.
Dalinda, quien está libre del virus, dijo que a pesar de de que ha dado a luz a seis niños y tiene 26 años, no se somete a una cirugía para esterilizarse porque le tiene miedo a ese proceso y prefiere parir.
DICE QUE EL SERVICIO DE SALUD ES PARA TODOS
La doctora Natividad Fortuna informó que familias haitianas han abandonado a sus pacientes en el centro asistencial y la entidad ha tenido que enviarlos a su país en una ambulancia cubriendo todos los gastos.
“Otro caso insólito es que cuando se nos mueren, nos los dejan aquí y no tenemos la fórmula para buscar a sus parientes”, dijo.
Detalló que en esos casos el hospital dispone de la compra del ataúd, busca la ambulancia, llevan el cuerpo al cementerio y deben pagar el nicho para sepultarlo.
Explicó que en reiteradas ocasiones han llevado cadáveres a Haití para entregárselos a sus fmiliares, pero éstos nunca han aparecido, porque supuestamente nadie los conoce, y no les queda más remedio que traerlos a República Dominicana y darles sepultura en el cementerio municipal de la comunidad Margarita, en Elías Piña.
Dijo que estos casos se dan hasta con pacientes que llegan con sus familiares.
De su lado, el doctor Jean Fritznel, quien es de nacionalidad haitiana y trabaja en el área de Pediatría, dice que los niños que recibe de Haití, llegan en condiciones críticas.
Informó que las principales afecciones que estos niños padecen son enfermedades respiratorias, neumonía y alto grado de desnutrición.
También citó que llegan numerosos casos de niños con dermatitis, diarrea aguda y parásitos, entre otras enfermedades
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