Miami.-A medida que el presidente venezolano Hugo Chávez nacionaliza algunas de las mayores industrias del país, los venezolanos acaudalados que alguna vez pensaron podrían convivir con los edictos socialistas están apelando al tiempo; los venezolanos han acumulado condominios y terrenos en Florida a modo de inversión, pero los compradores más recientes desean casas para quedarse a vivir y negocios que les permitan obtener la residencia.
“Los primeros que vienen son los empresarios de los círculos más elevados, luego los políticos desplazados, y después los militares y los profesionales”, dijo el abogado de inmigración Oscar Levin, basado en Miami. “Estamos empezando a ver los profesionales”.
Este grupo más reciente y más numeroso de emigrantes dice temer los efectos que las políticas socialistas de Chávez ejerzan sobre la economía y las consecuencias de las propuestas reformas educativas que podrían imitar las del mentor y aliado del presidente, Fidel Castro.
“Hay mucha inseguridad: política, económica”, afirmó Miguel Medina, un ejecutivo que se mudó a Miami en agosto. “No sabes si el contrato que firmaste hoy será respetado por el gobierno en el futuro... Este fue decididamente mi plan B, pero ya era hora de ejecutarlo”. Entre el 2000 -un año después que Chávez fue elegido presidente- y el 2005, el número de venezolanos que vive en Estados Unidos se duplicó a unos 160,000, según el Censo Nacional. Casi la mitad vive en Florida.
Pero esas cifras son engañosas.
Otros 400,000 venezolanos vinieron a Estados Unidos en el 2005 con visas de negocios o de turismo. No está claro cuántos se han quedado. Colombia, que tiene cerca del doble de los 27 millones de habitantes de Venezuela, envió el mismo número ese año.
Evidencias anecdóticas sugieren que aún más son los venezolanos que vienen a Estados Unidos desde que Chávez nacionalizó recientemente la mayor compañía de telecomunicaciones y el sector eléctrico. También amenaza expropiar supermercados, comercios y otros negocios a los que sorprenda acaparando alimentos o especulando con los precios.
Medina dijo que seis miembros de su familia lo visitaron en los dos últimos meses buscando medios de radicarse aquí. En contraste con ciclos anteriores, los que buscan irse de Venezuela y traer su dinero a Estados Unidos ahora provienen de todo el país y no sólo de Caracas, agregó Medina, ejecutivo de cuentas del grupo crediticio ExpoCredit.
Por su parte Ralph Gómez, que dirige el grupo Tower Investments en Miami y que desde hace tiempo se ha especializado en bienes raíces para clientes sudamericanos, dijo haber recibido más de dos docenas de llamados desde comienzos de año de gente interesada en venir a Estados Unidos. Otros agentes reportan una tendencia similar.
Venezolanos de clase alta y su dinero salieron de su país cuando Chávez asumió el poder en 1999 y hubo otra oleada cuando éste aplastó un intento golpista en el 2002, pero muchos profesionales confiaban en que el clima seguiría propicio para los negocios.
Pero después sobrevinieron las nacionalizaciones. Chávez todavía promete mantener un ambiente favorable para los negocios y algunos analistas dicen que el gobierno ha pagado precios justos para nacionalizar las empresas eléctrica y telefónica.
Sin embargo, con una inflación del 17% que ha llevado el bolívar a más de 4.000 por dólar en el mercado negro, comparado con la tasa oficial de 2.150 por dólar, muchos venezolanos buscan trasladar sus negocios a Estados Unidos o establecer alguno nuevo aquí.
Los que cuentan con los medios optan por visas comerciales que requieren una inversión mínima de 500.000 dólares en una compañía que cree empleos en alguna zona subdesarrollada en Estados Unidos.
Unos 33,000 venezolanos recibieron algún tipo de visa de trabajo para venir a Estados Unidos en el 2005 ócasi una cuarta parte de todas las visas de esa categoría a sudamericanosó en comparación con unas 17,000 en 1999.
Los que llegan son recibidos con los brazos abiertos en Miami, donde su dinero es bienvenido y donde la comunidad cubana en el exilio considera a Chávez como el próximo Fidel Castro. Al 2004, los venezolanos estaban aparejados con alemanes y canadienses como el segundo grupo mayor de extranjeros que compraban casas en la Florida, según la Asociación Nacional de Promotores Inmobiliarios (National Association of Realtors). Sólo los británicos compraban más casas aquí.
Pero el traslado a Estados Unidos, aun para los más acaudalados, no es sencillo. Medina trasladó su familia a Miami hace tres años, aunque recién a mediados del año pasado logró completar sus arreglos financieros y obtener la visa y un empleo en la Florida.
“Yo viajaba ida y vuelta cuando podía”, dijo. “Era difícil, pero sé que estoy entre los afortunados”.
Y aunque los emigrantes venezolanos citan la inestabilidad política y económica del país como sus principales motivos para irse, muchos también mencionan la violencia.
Marbelia Font, de 47 años, y su marido llegaron a Miami en septiembre procedentes de Caracas para formalizar la compra de una propiedad. Pensaron que sus dos hijas disfrutarían de las breves vacaciones.
Pero cuando dos amistades fueron muertas a tiros en Venezuela, Marbelia y sus hijas de 8 y 13 años se quedaron en Miami. Su marido regresó a Venezuela en la esperanza de obtener una visa trasladando su negocio de manufactura y construcción a Estados Unidos. Font dijo que ha tenido que luchar para conseguir del gobierno de Chávez la documentación legal necesaria.
Ella vive ahora en la casa que planeaban alquilar en Doral, al oeste de Miami. La mujer y sus hijas lidian con la soledad y ella no puede trabajar mientras aguarda las visas familiares.
“Es muy difícil porque las niñas son muy allegadas a su padre y ahora sólo lo ven una vez cada tres meses”, se lamentó.
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