lunes, mayo 14, 2007

Talibanes reciben un duro golpe con la muerte de su jefe militar

Diario de Cadiz, España

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KABUL. Las tropas lideradas por Estados Unidos mataron en el sur de Afganistán al jefe militar de los talibanes, el mulá Dadullah, asestando el golpe más duro contra los insurgentes en Afganistán desde el derrocamiento de su régimen en 2001, informó ayer la Fuerza Internacional de Asistencia para Afganistán (ISAF).

El líder rebelde "será con total seguridad reemplazado con el tiempo, pero la insurgencia (talibán) ha sufrido un duro revés", dijo la ISAF sobre la muerte de Dadullah, uno de los diez miembros del Consejo Supremo Talibán.

El cadáver del mulá Dadullah fue exhibido en el palacio gubernamental de la ciudad de Kandahar. El Gobierno y el servicio secreto afganos confirmaron su desaparición. Un portavoz del Ministerio de Defensa en Kabul señaló que Dadullah murió el viernes en el distrito de Sangin, en la provincia de Helmand, junto a otros 20 combatientes talibanes.

La ISAF, que bajo el comando de la OTAN apoyó la operación de las tropas estadounidenses y afganas, informó que el líder talibán entrenó a terroristas suicidas y era responsable de la muerte de muchos afganos. Dadullah orquestó en marzo el secuestro del periodista italiano Daniele Mastrogiacomo, el reportero afgano Aymal Naqshbandi y su chófer. Mastrogiacomo fue liberado a cambio de la salida de prisión de cinco combatientes talibanes detenidos. Naqshbandi y el chófer fueron decapitados.

El gobernador de Kandahar, Assadullah Khalid, calificó a Dadullah como "una bestia salvaje que no perdonó niguna vida humana". En entrevistas previas a su muerte, el líder talibán había anunciado una nueva ola de atentados suicida en todo Afganistán. El año pasado se registraron en el país 140 ataques de este tipo, más que nunca antes.

Al mulá Dadullah se atribuye además la muerte de numerosos civiles durante el régimen fundamentalista que los talibanes dirigieron hasta fines de 2001, cuando la invasión de Estados Unidos que siguió a los atentados del 11-S lo obligó a refugiarse en el vecino Pakistán, donde supuestamente reclutó combatientes que reforzaron el tejido de la insurgencia.

En los años 80, Dadullah, estrecho colaborador del líder supremo de los talibanes, el mulá Omar, perdió una pierna luchando contra las tropas de ocupación soviéticas. Sus enemigos le temían por su conocida crueldad.

En mayo del año pasado, las autoridades afganas anunciaron la captura de Dadullah, información que resultó falsa. Tampoco se confirmaron los anuncios del Ministerio del Interior sobre el acorralamiento de Dadullah hace pocas semanas en la provincia de Uzurgan quedaron sin confirmar. Los talibanes, que siempre desmintieron los anteriores anuncios, guardaron esta vez silencio en su página web.

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