The New York Post denuncia discriminación racial RD

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NUEVA YORK.- El tabloide local sensacionalista The New York Post denuncia en su revista “Tempo” dedicada exclusivamente al mercado latino de Estados Unidos, lo que en un artículo un activista de New Jersey califica como “discriminación racial epidémica” en la República Dominicana, basándose en recientes casos en los que se les ha impedido la entrada a discotecas de lujo a personas de piel oscura, no importando su condición social, económica o si tienen fama mundial.
El artículo titulado “The DR´S Dark Secret” (El oscuro secreto de la República Dominicana) y que tiene el subtítulo de “Racism against black dominicans has become epidemic on the island” (Racismo contra dominicanos negros se está convirtiendo en una epidemia en la isla”, el autor –Julio Tavarez- que dirige el capítulo en la ciudad de Paterson del grupo Alianza Liderazgo Latino de New Jersey, sostiene que cuando leyó acerca de la discriminación que en la discoteca Loft del ensanche (barrio) Naco, se cometió contra funcionarios negros de la embajada de Estados Unidos en Santo Domingo, se sorprendió, debido a que la política de esa empresa se basa en discriminar a patronos, empleados y clientes, lo que dejó un sabor muy amargo cuando viajó recientemente a la isla.
“Los dominicanos son conocidos en todo el mundo por sus grandes jugadores de béisbol, bellas playas y gentes hospitalarias, pero hay alguna cosa, como un pequeño oscuro secreto que se barre debajo de las drogas”, agrega el articulista del Post.
“El racismo que se aprecia contra los dominicanos negros ricos y pobres es un asunto de todos los días y de cualquier lugar y no sólo de los clubes nocturnos”, expresa Tavarez.
Citó otro ejemplo discriminatorio en la discoteca “Tribeca” de Santiago de los Caballeros, a cuyo establecimiento dice, asistió junto a algunos amigos. Relató que mientras hacían la línea a la espera de entrar a la discoteca y estando vestidos como todos los parroquianos, se les acercaron los empleados de seguridad, que aparentemente, recibiendo órdenes del dueño, les comunicó que no podían entrar.
Explica el articulista que él y sus acompañantes no andaban en carros Mercedes Benz, se transportaban decentemente, porque llegaron en un Hyundai.
“La única diferencia entre la gente que no era molestada y nosotros, era el color de la piel. Los que dejaban entrar sin obstáculos, tienen la piel blanca como los europeos, mientras las de nosotros es negra como los africanos”, expone el articulista en el New York Post.
“Teníamos el color equivocado”, refiere Tavarez en su artículo crítico y dice que cuando les dijo a sus amigos lo que estaba ocurriendo, estos le pidieron que se fueran a otro lugar.
“Me quedé en shock”, agrega. “Siempre escuché historias de gentes que en la República Dominicana ha sido discriminada por su complexión, pero nunca pensé que me pudiera ocurrir a mí”.
Dice que también ha oído de que a famosos peloteros de Grandes Ligas, no se les ha permitido entrar a la discoteca por ser negros. “Estas son historias que proliferan y que son parecidas a leyendas urbanas”.
“Pero no son leyendas”, destaca.
Señala que los actos de racismo que se expanden por toda la República Dominicana y que victimizan a gente de piel negra, están siendo aceptados por muchos sectores de la sociedad criolla.
Explica que en Estados Unidos, muchos dominicanos de piel negra aparecen en anuncios comerciales de la televisión e incluso en revistas tan importantes como Billboard, así como en diferentes programas.
Recuerda que en la República Dominicana más del 80% de su población tiene mezclas de otras razas con la descendencia africana.
“La incesante opresión contra la cultura africana y la discriminación contra la mayoría de sus descendientes continúa profundizando la brecha de ignorancia y desigualdad entre los pobres del país”, añade el autor.
Recordó que el reguetonero boricua Tego Calderón escribió un artículo el año pasado en la misma revista del Post en el que llama a la integración de un movimiento de latinos negros que rescate la lucha por sus derechos civiles.
“Estoy de acuerdo”, expone el articulista. “No podemos seguir por largo tiempo permitiendo que el sucio y oscuro secreto siga bajo la alfombra”, concluye Tavarez.

- Miguel Cruz Tejada