Por Alejandro Almánzar
Con esta expresión, el Cibao daba riendas sueltas a la idea de continuar bailando, bebiendo y disfrutando, como señal de que la fiesta estaba buena y que al día siguiente el jolgorio se trasladaría a las galleras para continuar el festejo, pero de eso no es que se trata el presente trabajo.
Nos referimos a la forma alegre e irresponsable conque los legisladores se aprueban aumentos desorbitantes en sus salarios, mientras para hacerles un mísero incremento a los trabajadores hay que recurrir a paros de laborales y cuantas protestas más.
Aunque el gobierno busca cargar con más impuestos a la población a través de los combustibles porque necesita recaudar más dinero, los senadores se asignan 50, 000 pesos como aumento a su salario, que deberá salir de la costilla del pueblo.
Estos discípulos de Bosch olvidan, que la Constitución de la República prohíbe legislar para sus provechos personales. Eso resulta odioso y desconsiderado, si tomamos en cuenta que mientras esos congresistas se declaran millonarios, hijos de Machepa mueren en hospitales de dengue, por falta de medicamentos.
Estos señores disfrutan de todos los privilegios, y la gente se ahoga en la basura porque los Ayuntamientos no cuentan con un presupuesto aceptable para solucionar los problemas de drenajes, recogida de basura y el ornato municipal.
El Congreso Nacional como la Universidad Autónoma de Santo Domingo es un barril sin fondo, donde cada año hay que disponer de miles de millones de pesos del presupuesto nacional, dinero que se lo lleva la corrupción.
La clase política cada día pone más entre dicho el sistema político, y demuestra que el mismo de nada o muy poco le sirve a la sociedad, ya que, un grupito muy reducido es el que se favorece de este, mientras los ciudadanos sólo tienen que padecer sus crueldades.
Bajo el temor de que regresemos a una dictadura civil o militar en el país, los contribuyentes tienen que pagar un precio muy alto para mantener la supuesta democracia, mientras los políticos en poco tiempo resuelven sus problemas a cambio del aumento de la pobreza para la mayoría.
En su última declaración a la prensa, el presidente del Senado y secretario general del partido fundado por Juan Bosch, Reynaldo Pared Pérez, dijo que ya el aumento para los senadores tenía que ser aplicado porque había sido aprobado y que sería inconstitucional rechazarlo.
Eso demuestra que tanto las leyes como la Constitución dominicana no responden al interés nacional, si no, a grupos de poder únicamente. La inmensidad de la gente carece de lo básico para vivir, pero los senadores declararon fortunas millonarias casi todos.
No hay mal que dure cien años, ni cuerpo que lo resista. Algún día el país despertará y volverá a retomar sus principios de lucha para darles su escarmiento a tantos farsantes que pululan en la política criolla.
alexalma0915@gmail.com
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