lunes, septiembre 25, 2006

El PRD da un salto hacia delante



Después de un tortuoso proceso de discusiones y debates, la autodenominada Corriente Unitaria en el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) logró ponerse de acuerdo, sin competencias ni rebatiñas, para competir internamente por la candidatura presidencial con una oferta única


Por Osvaldo Santana / El Caribe
Sin que haya intervenido ninguna de las autoridades formales, el Partido Revolucionario Dominicano (PRD) acaba de dar un salto hacia delante, con la decisión de la Corriente Unitaria de escoger a Milagros Ortiz Bosch como precandidata presidencial.

La afirmación percibida por el más simple de los dominicanos impacta todo el estamento político criollo, desde el gubernamental Partido de la Liberación Dominicana (PLD), hasta la más reciente disidencia del partido blanco, el Partido Revolucionario Social Demócrata, que lidera Hatuey De Camps.

El acontecimiento, una verdadera noticia, porque nadie lo esperaba, pues la experiencia del 2004 vinculada a las mismas personas que encabezan la Corriente Unitaria, con la obvia excepción de De Camps, niega la atomización de ese grupo que por momento daba la impresión de ensayar una comedia de mala muerte.

De pronto, trasciende de plano y adquiere carta de ciudadanía política.

El PRD arrastra el mal gobierno de Hipólito Mejía, y con el mismo sus errores. La elegida Milagros Ortiz Bosch fue su vicepresidenta pero se atrevió a establecer diferencias, y si apuró el trago de la reelección, al menos intentó impedirla desde dentro.

Ella intentó asimismo montar una convención post-derrota que posibilitara una línea crítica del pasado reciente, que si bien la llevó a término, no consiguió su propósito fundamental, que era abrir un espacio de discusión democrática sobre la situación del PRD, que condujera a una purga de la “parte dañada”.

Pero la convocatoria de la convención para escoger el candidato presidencial se convirtió en el rechazo más contundente a su línea de crítica y reencuentro con los principios del perredeísmo histórico.

Al final, se impuso la estrategia de la convención ya. Una victoria de sus contrarios que no sólo logró salvarlos de la crítica, sino que los puso en la ventajosa posición de correr prácticamente solos para esa convención. La selección de Milagros rompe ese esquema y obligará a nuevas reglas de juego.

Hasta en el oficialista PLD deberá entenderse que la nueva situación conlleva a una recomposición del PRD, al que tendrán que mirar con un poco más de respeto. Se ha interrumpido un proceso que apuntaba a la disolución de los blancos.

Los peledeístas tienen que hacer conciencia de que ahora tienen de frente a un opositor que efectivamente arrastra problemas de credibilidad, pero que empieza a dar muestras de que podría actuar bajo una bandera única.

Con Milagros y Miguel Vargas Maldonado en competencia los protagonismos del presidente del PRD, Ramón Alburquerque, e Hipólito Mejía tenderán a disminuir y ello será más visible si la convención se realiza en orden y su conducción queda bajo la jefactura de su comisión organizadora. Con el candidato elegido, sin rebatiñas ni concordazos, el PRD podría jugar un papel electoral diferente.

En esa medida, también es probable que la tirantez con Hatuey De Camps se reduzca, si se toma en cuenta que es amigo de Vargas Maldonado y mantiene una relación de respeto con Milagros.

Probablemente, según sea el resultado final de la convención, el maridaje conveniente con el Partido Reformista Social Cristiano (PRSC) entre en crisis y otro será el panorama político criollo. No hay que hacer vaticinios, pero con la nueva precandidata, el PRD da un salto hacia delante.

La ganancia de Alburquerque y el PPH

La selección de Milagros Ortiz Bosch por la Corriente Unitaria consagra un resultado exitoso para el grupo dominante en el PRD, los aliados del PPH y Vargas Maldonado, pues con esa decisión los debates acerca del mal gobierno y las acciones del pasado reciente quedan en el olvido.

Las líneas de críticas y sanciones para una dirección que condujo al PRD al fracaso electoral del 2004 y 2006 serán ahora sólo parte de los argumentos y las estrategias en la campaña interna. Pero el centro de la cuestión está orientado en ganarse el favor de las bases para la convención nacional prevista para enero.

Podrá argumentarse en pro o en contra respecto a lo que representan los contricantes, que ahora se reducen a dos, pero con la convención en marcha se ha logrado restablecer la unidad en lo que es el PRD de hoy.

Milagros es una precandidata a tomar en cuenta, no sólo por su personalidad y sus propios niveles de simpatía, sino porque ahora se le agregan la disminuida fortaleza de Rafael Suberví Bonilla, la fuerza moral de Virgilio Bello Rosa, el aval humano de José Rafael Abinader y algunos elementos disidentes del Proyecto Presidencial Hipólito.

En el debate interno, Milagros probablemente invoque su perredeísmo histórico y sus vínculos con esas raíces, renegando del pasado más reciente. Asimismo, tratará de vincular a su contrario a ese pasado.

Vargas Maldonado pondrá énfasis en la necesidad de un cambio generacional. Ambos podrían protagonizar un proceso que implique el resurgimiento de un aparato para la toma del poder, y naturalmente que ello conlleva alegría y entusiasmo para una masa y una clientela que no ve pecados en sus dirigentes siempre que simbolicen el retorno al poder, a los empleos y a las ventajas de estar arriba….

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