lunes, agosto 23, 2010

Otra Infamia contra Hipólito Mejía


Juan Taveras Hernández (Juan TH)

Decir que Hipólito es el candidato presidencial del gobierno porque encabeza todas las encuestas que se han realizado en los últimos meses es una mezcla de estupidez y desesperación propia de quienes se sienten derrotados. La desesperación puede provocar amnesia, stress y hasta locura. Algunos hasta terminan suicidándose ante la terquedad de los hechos.

Decir que las encuestas que dan como favorito a Hipólito están patrocinadas por el gobierno no resiste ningún análisis. Que el gobierno ha comprado todas las empresas encuestadora que trabajan en el país incluyendo las del PRD y las del propio presidente del PRD, es una locura.

Decir que los resultados de Gallup que dan a Hipólito como favorito fueron manipulados porque el gobierno así lo quiso, es decir que el gobierno compró al director del periódico Hoy, Bienvenido Álvarez Vega, un hombre insobornable, y al empresario Pepín Corripio, dueño del grupo de comunicaciones que lleva su apellido, es otra locura.

No hay dudas de que el pánico se ha apoderado de los principales representantes del grupo de Miguel Vargas. ¡No saben qué hacer! No encuentran formas dignas y decentes de enfrentar a Hipólito. ¡Qué vaina!

Quienes hasta hace unos meses se mostraban arrogantes y petulantes, publicando encuestas caseras en todos los diarios, atribuyéndose un 98% de aceptación, ahora gritan y patalean. No saben cómo detener el avance impetuoso, sereno y firme de la candidatura de Hipólito Mejía.

Quieren provocarlo, que responda, que insulte, que se torne rabioso. Pero Hipólito no dice nada. Sólo trabaja 15 y 18 horas todos los días, de lunes a lunes. Su enemigo principal no es Miguel Vargas, es Leonel Fernández. A Miguel ya lo derrotó. Y en buena lid. La convención de noviembre no hará más que ratificar su victoria.

El candidato del gobierno dentro del PRD no es Hipólito, es otro, en cualquier caso.

No fue Hipólito quien intentó venderle el PRD al gobierno.

Virgilio Bello Rosa.

No fue Hipólito quien firmó inconsultamente y sin autoridad orgánica un pacto secreto con el presidente Leonel Fernández para una nueva Constitución que prohíbe el aborto de mujeres pobres en cualquier circunstancia; una Constitución que limita los derechos ciudadanos.

No fue Hipólito el que condujo al PRD a su peor derrota electoral para garantizar que el gobierno obtuviera todos los senadores de la República.

No es Hipólito el que le vende y le alquila edificios millonarios al gobierno.

Hipólito no hace negocios con el gobierno.

Hipólito no tiene cola que le pisen. No hay expedientes en su contra en el país, en España, ni en ningún otro país del mundo.

Hipólito no forma parte de ningún cártel.

Hipólito ni robó, ni mató.

Un dirigente de las cualidades de Hipólito, que ha sido presidente de la República, presidente ad-vitan del PRD, no puede ser tratado como un cualquiera en momentos de desesperación y de locura. Así no se logra la unidad del PRD que pregona el presidente del partido. A menos que la unidad sólo sea de palabras.

Hipólito es un activo del PRD y del país. Sólo un demente puede decir lo contrario.

Si alguien ha enfrentado al gobierno; si alguien ha hecho oposición, ese es Hipólito Mejía. Y lo hace con responsabilidad.

Ex presidente Hipolito Mejia.

Durante más de seis años el gobierno, con el apoyo de muchos del PRD que deberían estar en la cárcel por corrupción, ha mantenido una campaña mediática brutal en contra de Hipólito Mejía para matarlo políticamente. Pero no pudieron los enemigos de fuera ni los enemigos de adentro. Como el ave fénix Hipólito se levantó de sus propias cenizas. Y hoy es el virtual candidato presidencial del PRD y probablemente presidente de la República por segunda vez.

El gobierno sabe que Hipólito es un adversario peligroso, que no tiene miedo, que va tras la presidencia de la República cargado de experiencia y conocimientos, que no tiene intereses económicos en la industria de la construcción, en el turismo, ni en otros renglones, y que está dispuesto a enfrentar, del modo que sea necesario, al candidato oficialista no importa como se llame, ni cuánto poder tenga.

¡Hipólito no es el candidato del gobierno, Hipólito es el candidato del PRD!

Santo Domingo, R.D., lunes, 23 de agosto de 2010


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