Tres personas murieron y cerca de 20 resultaron heridas hoy como consecuencia de la explosión de dos bombas colocadas en el interior dos autobuses que circulaban por una autopista en una región montañosa al norte de Beirut. El lugar de los atentados, perpetrados en la víspera de que se conmemore el segundo aniversario del asesinato del ex primer ministro Rafik Hariri, se encuentra al sur de Bikfaya, la 'patria chica' de los Gemayel, una importante familia cristiana con un dilatado pasado político al frente de la Falange Libanesa.
El primer ministro, Fuad Siniora, declaró que el objetivo de los atentados es desestabilizar este país azotado desde hace tiempo por los enfrentamientos confesionales y políticos. Por su parte, el presidente del país, Emile Lahoud, afirmó que esta "masacre" es un "claro intento de frustrar todos los esfuerzos internos, regionales e internacionales para conseguir la unidad nacional libanesa".
Las explosiones se produjeron hacia las 9:15 horas (8:15 en España), con un intervalo de pocos minutos, en una carretera de la localidad de Ein Alaq, justo al sur de Bikfaya, en la provincia de Metn, a unos 20 kilómetros al noreste de Beirut.
La primera bomba explosionó en un autobús y causó varias víctimas, según informaron fuentes de seguridad. Unos diez minutos más tarde estalló la segunda bomba en un autobús que circulaba detrás del primero, después de que numerosas personas se acercaran al lugar del primer atentado.
El ministro del Interior, Hassan al-Sabaa, señaló que las primeras informaciones dan a entender que las bombas explosionaron dentro de los vehículos. Los responsables de seguridad creen que los atentados fueron cometidos por bombas de entre dos y tres kilogramos cada una, que habían sido colocadas, envueltas en papel de aluminio, bajo los asientos de los dos autobuses. Fuentes gubernamentales tampoco descartan que se tratara de atentados suicidas.
Según la cadena de radio Voz de Líbano, los autobuses trasladaban a personas que se dirigían a sus trabajos. Katina Shibli conducía su automóvil por delante de uno de los autobuses cuando escuchó la primera explosión. "Paré inmediatamente y acudí a ayudar", explicó esta mujer. "Diez minutos más tarde se produjo la otra explosión", añadió.
Las autoridades informaron en un primer momento de doce muertos y diez heridos, una confusión causada por la dispersión de las víctimas entre varios hospitales. El jefe de operaciones de la Cruz Roja, George Ketanneh, declaró a Voces de Líbano que su equipo sólo registró tres cadáveres en dos hospitales y precisó que muchos de los heridos se encuentran graves.
HARIRI
Las explosiones coinciden con el incremento de la violencia confesional en Líbano y se producen un día antes de que se conmemore el segundo aniversario del asesinato de Rafik Hariri, muerto en febrero de 2005 en un atentado con bomba en el que perecieron otras 20 personas y del que se ha acusado a las fuerzas de seguridad sirias y a responsables libaneses próximos a Damasco.
Según Fuad Siniora, el objetivo de los atentados es desestabilizar el país, mientras que el presidente Lahoud declaró, en un comunicado difundido por su oficina, que esta "masacre" es un "claro intento de frustrar todos los esfuerzos internos, regionales e internacionales para conseguir la unidad nacional libanesa". "Cada vez que los libaneses se ven cerca de un acuerdo, los enemigos de Líbano cometen otro crimen", añadió el presidente, quien instó a los libaneses a mantenerse unidos y vigilantes ante cualquier conspiración que pretenda acabar con la paz y la seguridad.
Por su parte, el diputado Fassan Fadlallah, del movimiento chií Hezbolá, declaró que "todos los libaneses se sienten amenazados y lo que ha sucedido es un crimen rastrero cometido contra civiles".
Líbano ha sufrido en los últimos tiempos enfrentamientos confesionales y políticos, sobre todo el pasado mes de enero, cuando se registraron choques entre simpatizantes y opositores del Gobierno. La crisis política en Líbano comenzó tras la dimisión en noviembre de seis ministros prosirios en protesta por el apoyo del Ejecutivo a la creación de un tribunal de Naciones Unidas encargado de juzgar a los sospechosos del atentado contra Hariri.
Para mañana está convocada una gran manifestación en el centro de Beirut en recuerdo de Hariri. El ministro del Interior, Hassan Sabei, se reunirá hoy con altos responsables del Gobierno, del Ejército y de las fuerzas de seguridad para disponer las medidas necesarias para garantizar la seguridad durante la manifestación.
Los organizadores ya han advertido de que, pese a los atentados de hoy, no tienen intención de cancelar la concentración. El líder de los drusos libaneses, Walid Jumblatt, próximo al Gobierno, acusó a Siria de estos atentados y declaró a la cadena qatarí de televisión Al Yazira que el objetivo es disuadir a la gente de que acuda a la manifestación. "Quieren aterrorizar a la gente que desea conmemorar el segundo aniversario" de la muerte de Hariri, afirmó.
Por su parte, el propio hijo de Hariri y líder de la mayoría en el Parlamento libanés, Saad Hariri, denunció este "cobarde ataque terrorista" que, a su juicio, revela la necesidad de que se constituya un tribunal internacional que juzgue a los supuestos asesinos de su padre.
GEMAYEL
Aparte, las explosiones se produjeron cerca de Bikfaya, la montañosa 'patria chica' del ex ministro Pierre Gemayel, un líder cristiano maronita opuesto a la presencia de Siria y que fue asesinado el pasado mes de noviembre. Pierre Gemayel era hijo del ex presidente Amin Gemayel y sobrino del también asesinado ex presidente Bashir Gemayel.
La historia de la importante familia cristiana de los Gemayel está vinculada a la Falange Libanesa, una formación nacionalista inspirada en la Falange Española y en el fascismo italiano que fue fundada en 1936 por el patriarca del clan, Pierre Gemayel. La Falange Libanesa se enfrentó en los años ochenta a las milicias palestinas y libanesas, con el apoyo de Israel, e incluso en un principio apoyó la ocupación siria a fin de acabar con la guerra, pero posteriormente se enfrentó a Damasco, no sin fuertes escisiones internas.
Uno de los falangistas contrarios a la presencia siria es el ex presidente Amin Gemayel --enfrentado a Siria y que la semana pasada se reunió en la Casa Blanca con el presidente de Estados Unidos, George W. Bush--, quien declaró a Voces de Líbano que los atentados de hoy fueron perpetrados por "manos extranjeras". "Los libaneses no matan a libaneses", aseveró.
Amir Gemayel sucedió en la Presidencia a su hermano Bashir, asesinado en 1982 --antes de tomar posesión del cargo-- por un agente de inteligencia sirio. En venganza por este crimen, los falangistas asaltaron los campamentos palestinos de Sabra y Chatila, en Líbano, en septiembre de ese año y asesinaron a cientos de refugiados.
Volver al directorio:
http://moises-iturbides.blogspot.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario