"La política es cuestión de charlatanes y yo siempre dije la verdad", dijo ayer el ex presidente dominicano Hipólito Mejía.
Con su estilo dicharachero y haciendo alarde de su origen campesino, Mejía hizo reír a las casi 500 personas que acudieron ayer domingo a la VII Conferencia Dominicana en la Universidad Rutgers de Nueva Jersey.
"Me volví mangolo", refiriéndose a que vive en su finca y cultiva frutas tropicales como el mango.
Hablando más en serio, Mejía alentó a sus compatriotas a que se unan sin importar la afiliación política y dijo que estaba a su disposición. "Soy demasiado optimista y confío en el futuro de República Dominicana".
Mejía fue bombardeado con preguntas de la audiencia y nunca perdió la compostura ni su sonrisa. Afirmó que cayó en la política sin pensarlo y que le había encantado ser presidente de Dominicana.
"Fui campesino, de familia de tabaqueros, tuve la suerte de estudiar y de venir a los Estados Unidos y cuando murió mi gran amigo José Francisco Peña Gómez, entonces decidí lanzarme a la presidencia", dijo para contestar la pregunta sobre las circunstancias que lo llevaron a la presidencia. "La leña que me dan ahora como político la daba yo antes en mi juventud".
Alentó a los asistentes a la conferencia a estudiar, a trabajar duro y a crear empleos para el desarrollo de la comunidad.
Dijo también que opina cuando le da la gana y le encanta compartir con su familia y dedicarse a sus negocios.
Habló de las cuatro prioridades de su presidencia: educación, salud, alimentación y vivienda, pero se quedó corto cuando trató de explicar sus logros en estos menesteres. "Es que el más grave problema de Dominicana es la falta de continuidad en sus políticas".
Mejía dijo que dos percances empañaron su gestión como presidente. Los ataques terroristas del 11 de septiembre del 2001, que tuvieron una repercusión negativa en la economía de la isla caribeña, y el escándalo bancario de 2,200 millones de pesos dominicanos que comprometió a Banister y otras instituciones bancarias. "Etapas de mucha crítica y dolor, aunque prefiero que la historia nos juzgue. No tengo cargos de conciencia".
Además de las palabras de Mejía, el orador principal de la conferencia, también se hicieron presentes el senador de origen cubano Bob Menéndez, el congresista Albio Sires y el alcalde de Union City, Brian Stack; seis políticos dominicanos electos en el área metropolitana de Nueva York, el comisionado de Asuntos del Inmigrante de la Gran Manzana, Guillermo Linares, y el ex procurador y actual senador de República Dominicana, Francisco Domínguez Brito.
El ex procurador encabezó el taller sobre el crimen en Dominicana, y hubo otros talleres sobre la mujer, la política, la salud y los escritores dominicanos.
"Nuestro objetivo es identificar qué cosas de la idiosincrasia dominicana nos sirven o nos impiden obtener el éxito", dijo ayer Wendy Martínez, vicepresidenta de la conferencia.
Las conclusiones de los talleres y los comentarios sobre la idiosincrasia de Mejía se darán a conocer en unas semanas
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