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El presidente francés, Jacques Chirac, ha firmado un libro sobre su visión del mundo que se ha convertido en una especie de 'testamento', ya que dejará el cargo dentro de dos meses y en el que incluye sugerencias y consejos para su sucesor..
El viernes próximo saldrán a la venta dos volúmenes que recogen intervenciones públicas de Chirac tanto en política nacional como internacional y el vespertino 'Le Monde' inserta hoy varios extractos.
La aparición de esos libros tiene lugar a pocas semanas de las elecciones presidenciales, por lo que es fácil verlos como un legado con sus ideas al tiempo que una advertencia a la persona que ocupará en breve el Palacio del Elíseo.
'Mon combat pour le monde' es el volumen dedicado a la política internacional, en el que Chirac repasa varios conflictos internacionales y apunta la estrategia que Francia debe seguir para confirmar que 'es un país que cuenta, cuya voz es esperada y escuchada'.
Asegura que la credibilidad del país 'reposa en la eficacia de sus Fuerzas Armadas', tanto si se trata de la disuasión nuclear como la profesionalidad de sus efectivos.
Por eso avisa de la importancia de que el presupuesto de defensa sea el necesario y califica de 'irresponsable' cualquier intento de reducirlo porque 'afectaría a nuestra independencia y menoscabaría su actitud de respuesta a las amenazas contemporáneas'.
Chirac defiende el multilateralismo como la vía para afrontar los conflictos internacionales, pero subraya que 'cuando se trata de nuestros intereses vitales para Francia la decisión nos corresponde y no ha de ser dictada por nadie'.
Apunta que esa política independiente, 'conforme a nuestros intereses y visión del mundo', se apoya en el poderío económico, demográfico, militar, científico y cultural.
Cuando habla de la construcción europea, Chirac subraya la importancia del eje franco-alemán, mientras que defiende la futura adhesión de Turquía para favorecer su transformación, ya que de lo contrario 'caerá en la tentación del aislamiento y el radicalismo'.
Destaca la importancia de impulsar proyectos concretos que los ciudadanos puedan percibir como vía para superar el escepticismo y el rechazo y para así 'imponer la marca de Europa en el mundo'.
Chirac, que fue uno de los líderes que más se opuso a la intervención armada en Irak, recuerda, cuatro años después, que nadie echa de menos a Sadam Husein, pero que esa guerra 'ha ocasionado los efectos desestabilizadores que se temían'.
El presidente francés apunta algunas vías que le interesan en la acción internacional, como la 'humanización de la globalización', para que se puedan beneficiar los menos desarrollados, así como las fuentes de financiación para afrontar las epidemias o una mayor conciencia sobre los efectos negativos del cambio climático y el modo de paliarlos.
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