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SANTO DOMINGO, REPÚBLICA DOMINICANA, MAYO 3, 2007 (EFE).- La región del Caribe registra las tasas de homicidios más elevadas del mundo, según un informe del Banco Mundial (BM) y de la ONU, presentado hoy en Santo Domingo, que subraya los negativos efectos de la violencia sobre el crecimiento, el desarrollo social y el bienestar en esa zona.
También los índices de agresiones son en esa parte de América Latina "considerablemente más altas que el promedio mundial", de acuerdo con el informe, que indica que si los homicidios se redujeran en una tercera parte, el Caribe podría aumentar en más del doble su tasa de crecimiento económico per cápita.
Bajo el título, "Delincuencia, violencia y desarrollo: tendencias, costos y opciones de políticas públicas en el Caribe", el documento, presentado por videoconferencia desde Washington, incide asimismo en los efectos de la violencia juvenil, también superior a la media mundial, el narcotráfico y la posesión de armas.
Según el texto se trata de problemas "que trascienden las fronteras nacionales y necesitan una respuesta coordinada a nivel regional e internacional".
"La demanda de drogas proviene de Europa y Estados Unidos; los deportados son enviados de regreso a la región desde EU, el Reino Unido y Canadá; y muchas de las armas que se trafican son traídas desde Estados Unidos", afirma.
El Banco Mundial y la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (ONUDD), autores del trabajo, consideran que la delincuencia afecta a los negocios, obstaculiza las inversiones, incide en la disminución del acceso a la financiación, eleva el gasto en seguridad y afecta a la productividad laboral.
Además, el narcotráfico "obliga a desviar recursos de otras actividades importantes hacia la justicia penal" y contribuye "a la amplia circulación de armas de fuego en la región", según el informe, que aboga por combinar las incautaciones de droga en el Caribe con la reducción en los países consumidores y la erradicación en los productores.
En cuanto a las armas, los autores del estudio señalan que su posesión "es el resultado del comercio de estupefacientes y, en algunos países, de la actividad política y de las comunidades vinculadas a los partidos políticos".
Aboga por mejorar los registros, los controles y los seguimientos de las armas, así como su requisa en los puertos y las limitaciones a su disponibilidad.
Aunque señala la existencia de una excesiva dependencia en el sistema judicial penal contra la delincuencia, reconoce que delitos como el narcotráfico y el crimen organizado requieren un sistema penal eficiente, por lo que recomienda mejoras en la información para la Administración y medidas de seguimiento de la justicia.
Los responsables del informe no ofrecieron en la videoconferencia cifras concretas sobre los niveles de delincuencia en la región alegando que es "difícil" establecer estadísticas porque éstas varían de un país a otro.
Los investigadores del BM y de la ONU recomendaron también a los países afectados trabajar conjuntamente con Estados Unidos y Europa en la búsqueda de soluciones para enfrentar la delincuencia y la violencia en la región.
Asimismo, solicitaron ratificar los convenios sobre tráfico de drogas y crimen organizado, en especial la Convención de la ONU contra la Delincuencia Organizada Transnacional y sus protocolos.
Andrew Morrison, economista del BM y autor del informe, aseguró durante la videoconferencia que tanto el organismo crediticio como la (ONUDD) está "listos" y "ansiosos" por iniciar un diálogo con las naciones afectadas en busca de una resolución al flagelo.
La elaboración del informe y sus recomendaciones forman parte de la iniciativa de ambos organismos para discutir la problemática, aseguró el economista.
"Estamos interesados en ayudar", aseguró Morrison, a la vez que llamó la atención de la comunidad internacional sobre la necesidad de apoyar a la región caribeña en su lucha contra la delincuencia. EFE
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