Por Alejandro Almánzar
Los medios de comunicación en República Dominicana, muchas veces olvidan que su compromiso es con la sociedad sana y no con delincuentes. Que con insidia no se debe apostar a la complejidad de un caso judicial.
La intervención de la prensa a favor o en contra de un hecho contamina los casos y muchas veces crean las condiciones para los llamados juicio del siglo sin que la sociedad pueda alcanzar una condena como lo amerita el delito cometido.
En Estados Unidos se han producido muchos juicios controversiales, pero contando siempre con una prensa critica y apegada a los más altos valores, el asesinato del presidente Kennedy y el caso O J Simpson, convertidos unos de los mas sonados.
El de Kennedy, porque su muerte fue autorizada por la mafia, quien se valió de su poder para eliminar al autor material en pleno recinto policial, para no dejar evidencias.
El de Simpson, porque la propia policía se encargó de que un buen abogado desmontara un expediente adulterado, que finalmente terminó en un zafacón y como condena, la censura de la sociedad.
República Dominicana vivió el juicio al ex presidente, Salvador Jorge Blanco, que por su implicación, la población amanecía esperando la sentencia que evacuaría el célebre Juez, Juan María Severino.
Ahora, comunicadores y abogados, intentan someter al país a otro espectáculo judicial, con el juicio a Figueroa Agosto y Sobeida Félix Morel, a quienes se les da una connotación fuera de serie.
Capturada en Puerto Rico, donde se escondía de la justicia junto al capo boricua y quien abordó un avión allí, junto a autoridades dominicanas, con pose de una estrella de cine e igual actitud observa en los tribunales, como si nada debiera avergonzarle y como si la solemnidad no existiera en la justicia.
El aparataje montado en su entorno tampoco tiene explicación, pues esta tiene muy poco o nada que aportar a este proceso, ya que, los jefes de carteles no dejan vivir a nadie que pueda denunciarles.
Lo único que esta joven señora puede decirle a la justicia es, quienes fiesteaban juntos al delincuente boricua, pero sobre sus negocios, quizás las Peláez y otros detenidos tengan más qué decir al respecto, pues Sobeida se limitó al placer sexual.
Su mayor delito fue violar una libertad condicional y ostensión de bienes que pueden ser producto del narcotráfico, o sea, a ésta no se le puede pedir que declare más allá de sus parrandas sexuales con Agosto.
Sobeida tiene poco qué aportar a estas pesquisas que lleva a cabo la justicia, por lo que no entendemos la relevancia que a ella se le da, como figura de primer orden en dicho proceso.
Medios informativos la presentan como una estrella de Hollywood, quizás con el deliberado propósito de banalizar mas el expediente y no sabemos en qué eso beneficia a la sociedad que ellos dicen representar.
alexalma0915@gmail.com
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