-De IRNA, Agencia iraní
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La Organización Internacional de la Energía Atómica (OIEA) sigue a la zaga las políticas del Consejo de Seguridad de la ONU, lo cual ha puesto en entredicho la imparcialidad de dicha entidad internacional, perjudicando por primera vez en la historia su credibilidad y prestigio en el escenario internacional, y en particular frente los países miembros de dicha entidad.
A todo esto, la OIEA, según el Tratado de No Proliferación de armas atómicas (TNP) está obligada a cooperar en materia técnica con los países miembros. De hecho, la agencia estaba cooperando con el programa nuclear iraní en su aspecto técnico, previa presentación por parte de Teherán de todos los detalles de sus programas, los cuales fueron aprobados por la agencia atómica, la cual, ahora, cede ante la prepotencia de EEUU y Gran Bretaña cesando la cooperación legalmente aprobada en su día.
El representante del G-77, China, y los miembros de los países no alineados integrados en la OIEA, señalaron en un comunicado que la imposición de la política del Consejo de Seguridad (CS) a la cooperación técnica de dicha agencia mina la posición de dicha entidad, y sentenciaron que la colaboración de la agencia es esencial por ser el principal instrumento del estatuto de dicha entidad para el traslado de tecnología nuclear a los países en la vía del desarrollo para el progreso y el avance éstos.
Según los estatutos, la OIEA no debe ajustar el apoyar a sus signatarios a las condiciones sociales, políticas ni militares del momento. Pero este organismo insiste en disminuir su cooperación con Irán, que es miembro del TNP, al mismo tiempo que ha guardado silencio ante las armas atómicas ilegales del régimen sionista.
Las autoridades iraníes han tenido en cuenta todo este cúmulo de irregularidades que se producen en el seno de la agencia y desde presiones exteriores, para continuar adelante con su decisión de seguir con su programa de enriquecimiento de uranio, que sí se atiene a la legalidad internacional y, curiosamente, no atenta contra los estatutos de la OIEA por cuanto el uranio resultante, enriquecido al 4 %, se utilizará para mover las turbinas que generarán electricidad para los hogares y la industria, tal como los occidentales llevan haciéndolo desde hace medio siglo, por lo que, de ser ilegal, ellos también tendrían que haber sido sancionados durante todo este tiempo.
Sea como fuere, hasta ahora la ayuda técnica de dicho organismo a Irán no habían tenido un papel determinante en los progresos técnicos nucleares de este país.
En diversos informes de la agencia atómica se ha especificado la naturaleza pacífica de las actividades nucleares de Irán, pero las superpotencias, ignorando la colaboración mostrada por Teherán, y de una manera ilegal insisten en privar al pueblo iraní del acceso a su derecho legítimo al uso de la tecnología nuclear para fines civiles.
Mientras tanto, la comunidad internacional habla de la necesidad de hacer valer los derechos legítimos nucleares de Irán y solucionar este litigio de una manera diplomática.
La decisión tomada por la OIEA bajo el dictamen de algunas superpotencias, lideradas por EEUU, es un golpe mortal para este organismo, y, lo peor de todo, es que podría sentar precedentes, y de esta manera las demás naciones en vías de desarrollo perderán toda esperanza de impulsar y tan siquiera iniciar un programa nuclear para fines pacíficos.
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