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Ciudad de México- En el complejo tablero de la política mexicana Andrés Manuel López Obrador moverá el lunes la siguiente ficha. A cielo abierto, en la mayor plaza de Ciudad de México, el líder izquierdista se investirá "presidente legítimo".
Será un acto multitudinario, según se anticipa, que tendrá lugar diez días antes del verdadero traspaso de poderes en México del 1 de diciembre: la asunción del oficialista Felipe Calderón, a quien la izquierda considera coartífice de un fraude.
López Obrador, de 53 años, pretende erigirse en el único presidente de México con autoridad moral y política frente a un "pelele usurpador", como llama a Calderón, el segundo presidente de la democracia mexicana, después de 71 años de régimen hegemónico.
Dice que el suyo será un gobierno itinerante que recorrerá cientos de municipios, que tendrá como objetivo "proteger los interes del pueblo de México y defender el patrimonio nacional" y que convocará a movilizaciones cuando sean amenazados los intereses de México.
"El gobierno legítimo de México será una organización política con mucha fuerza y se convertirá en la más importante del país y de las más populares del mundo", afirmó. Para advertir acto seguido: "Traeremos a mecate corto (a raya) al gobierno espurio".
Pero López Obrador, a quien los críticos acusan de debilitar las instituciones, no sólo busca incomodar a Calderón. Su plan de ruta tiene también una letra pequeña, afirman analistas políticos.
El ex alcalde capitalino, que dominó la escena política en los últimos cuatro años, lucha por mantener su liderazgo dentro de la izquierda.
El acto del lunes "es un asunto que incumbe más a la izquierda que al país, y que tiene que ver con la supervivencia", dijo a dpa la analista política Denise Maerker, conductora del programa político de televisión "Punto de Partida".
Para Maerker, López Obrador necesita luchar contra algo que "inevitablemente va a ocurrir", como es el hecho de que figuras de la izquierda que sí ocupen cargos públicos, como el próximo alcalde capitalino, Marcelo Ebrard, le disputen la primacía.
El contexto le ayuda. Hay dudas todavía en México sobre la limpieza de las elecciones, y su discurso a favor de los pobres, los eternos olvidados, caló entre los mexicanos.
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