Amalia Morales
Especial para La Prensa, Panama
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Los pobladores de Cali marcharán hoy para condenar los actos de terrorismo y violencia que esta semana sacudieron la ciudad. Los caleños se despertaron el lunes pasado con el ruido de un coche bomba que explotó en las inmediaciones de la sede de la Policía Metropolitana, dejando un muerto y 42 heridos.
La marcha de hoy se realizará en horas de la mañana y recorrerá las principales vías de esa ciudad, situada al suroccidente de Colombia.
El ataque –que las autoridades han atribuido a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y a carteles del narcotráfico– causó daños en 230 inmuebles y dejó a 400 damnificados que vivían en edificios aledaños al complejo de la Policía.
Las autoridades locales han calculado los daños en nueve millones de dólares. Ayer, el Gobierno, a través de Acción Social, anunció que designará dos salarios mínimos a cada uno de los damnificados (cerca de 400 dólares); sin embargo, no se detalló por cuánto tiempo se mantendrá el subsidio.
Decenas de afectados acudieron al sitio de la explosión para buscar enseres entre los escombros, mientras que fuerzas de seguridad patrullaban el área.
El lunes, la el gobierno colombiano aumentó a 400 mil dólares la recompensa por información que conduzca a la captura de los autores del atentado contra la sede de la Policía.
Cali, con unos 2.5 millones de habitantes, y el departamento del Valle, son escenario de una ofensiva de las fuerzas militares y de policía contra la guerrilla y grupos de narcotraficantes que exportan desde el suroeste de Colombia grandes cantidades de cocaína hacia Estados Unidos y Europa.
Este año, a la factura terrorista de las FARC se agregan los dos atentados contra la alcaldesa de Neiva, Cielo González, y las explosiones en el puerto de Buenaventura.
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