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POR RUDDY GERMAN PEREZ
Eran las 9:25 de esta mañana cuando de repente se produjo un corre corre en el sector La Barquita, en Sabana Perdida. Algunos damnificados subían a los techos de las casas, otros nadaban desesperadamente y muchos corrían para ponerse a salvo, pero nadie podía decir a ciencia cierta de qué huían.
Algunos pensaron que se trataba del hallazgo de un cadáver y otros preguntaban sobre lo que pasaba, hasta que un corpulento pescador haitiano respondió: “Es un cocodrilo, es un cocodrilo”, mientras corría hacia el río Ozama con un chinchorro que utiliza para pescar.
El presunto reptil, según residentes en La Barquita, fue descubierto cerca de un colmado sepultado bajo las aguas, mientras merodeaba entre ropa, sillas plásticas y otros ajuares de las distintas casas de allí que quedaron flotando sobre las aguas.
El alboroto fue tan grande que algunas personas huyeron hacia Los Mina sin saber a qué huían, pese al llamado a la calma del dirigente comunitario Héctor Rolando Matos.
Más de una docena de hombres rodeó el lugar donde fue visto el cocodrilo, pero luego de media hora de búsqueda se comprobó que el reptil había escapado.
La aparición del animal intranquilizó a los 668 damnificados que en esos momentos planificaban qué hacer hoy, luego de ocho días de incertidumbre a causa de las inundación del río Ozama.
Matos informó que seis colmados quedaron sepultados por las aguas y que más de 200 casas fueron cubiertas por las aguas que dejó la tormenta tropical Noél.
El dirigente comunitario agradeció las acciones de los Comedores Económicos del Gobierno, que envían raciones de alimentos para todas las personas afectadas por la tormenta tropical.
“Pero aquí necesitamos atenciones médicas, agua potable y carpas para guarecer a las personas que lo perdieron todo y que tienen que dormir al aire libre o en casas de los vecinos”, dijo Matos.
Pidió a la Corporación del Acueducto y Alcantarillado de Santo Domingo (CAASD) que envíe camiones con agua potable para uso doméstico, y a la secretaría de Salud Pública que instale un dispensario médico para que los enfermos puedan ser atendidos.
El dirigente comunitario manifestó que los residentes en La Barquita no quieren zinc ni cemento, sino que las autoridades los trasladen a otro lugar porque en varias ocasiones el río Ozama ha penetrado hasta medio kilómetro en la zona.
Aclaró que el presidente Leonel Fernández fue a La Barquita, pero del lado de Los Mina, donde los daños fueron menores.
Se quejó de que algunas instituciones del Estado han hecho varios levantamientos en los últimos días, pero no inician acciones a favor de las personas afectadas.
Solicitaron a la doctora Taína Gautreau, directora de la Comisión Presidencial para el Desarrollo Barrial ,que acuda a La Barquita para que comience a plantear soluciones al problema de ese sector de Santo Domingo Este.
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