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Estados Unidos se ufana de ser un ejemplo de democracia para el mundo, pero cuando se trata de concurrencia a las urnas, la participación ciudadana deja mucho que desear.
"¿Por qué votan tan pocos, especialmente en los comicios para elegir miembros del Congreso?
Si se compara la votación en Estados Unidos con la que ocurre en otros países, el panorama no es muy halagador.
Los estadounidenses parecen menos propensos a votar que personas en democracias más antiguas, en democracias más modernas, en sitios peligrosos, en naciones paupérrimas, en países fríos, en países cálidos, y también en algunos altamente disfuncionales.
Inclusive Irán -un país teocrático que forma parte, según el presidente George W. Bush, de un "eje del mal"- tiene mayores niveles de concurrencia a las urnas que en Estados Unidos. Inclusive en el caótico Irak, alrededor del 70% de los votantes depositaron sus sufragios en las elecciones parlamentarias de diciembre.
Apenas un 40% de los ciudadanos estadounidenses sufraga en años electorales en que no deben elegir a un presidente. La batalla campal por el control de la Cámara de Representantes y del Senado en los comicios de mañana ha despertado esperanzas de que la asistencia a las urnas subirá por encima de sus habituales niveles anémicos. Pero existen dudas de si los republicanos -cuyo control del Congreso peligra- se sentirán tan animados como los demócratas a ir a las mesas de votación, o si los independientes votarán.
Curiosamente, la participación suele ser más alta en estados donde el estado del tiempo puede traer problemas graves, como Minnesota, Alaska, Maine, Nuevo Hampshire, Dakota del Sur, Wisconsin y Wyoming, que han ingresado ya en un invierno frío y ventoso. En cambio, en el "sunbelt", los estados del sur y suroeste de Estados Unidos cuyo clima es más agradable -entre ellos Florida, Texas y California- la concurrencia a las urnas suele ser bastante más baja.
Pese a la disputada naturaleza de las elecciones presidenciales del año 2000, apenas algo más de la mitad de los norteamericanos asistieron a las urnas. En el 2004, un año de gran polarización entre Bush y el demócrata John Kerry, la asistencia a las urnas superó el 60%.
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