Dios los cría y el diablo los junta, el siguiente es un ambiguo reportaje de Prensa Latina sobre la reacción de los pinochetistas tras la muerte del dictador en Chile ¿Acaso busca la agencia cubana preparar la opinión pública para el próximo episodio en la mayor de las antillas?<>
Santiago de Chile, 18 dic (PL) Chile acaba de vivir su primera semana sin el ex dictador Augusto Pinochet, pero muchos chilenos están enterándose recién hoy de muchos de los secretos mejor guardados de su régimen.
A la confusión vivida desde su muerte hasta su cremación, pasando por sus funerales militares y celebraciones y lamentaciones civiles, se sumaron los medios chilenos y extranjeros, que mostraron abundante y sostenido interés en Pinochet.
Tras una semana de emociones y tensiones, en que cada sector se expresó según su prisma, analistas consultados por Prensa Latina coincidieron en la profundidad de la huella que dejó el ex dictador en una sociedad todavía dividida sobre su historia.
Al resaltar la vigencia del "Pinochetismo sin Pinochet", pusieron de ejemplo no sólo los extremos políticos del país, sino también polémicas en las Fuerzas Armadas, en la Iglesia y otros sectores.
Dirigentes políticos y parlamentarios de todas las tiendas -convocados por los medios- se han pronunciado en un sentido u otro sobre Pinochet.
Los ejemplos de polarización fueron protagonizados por dos jóvenes: el nieto de Pinochet, quien alabó su régimen desde una tribuna militar, y el nieto del general Carlos Prats, quien escupió sobre su ataúd por ser responsable del asesinato de sus abuelos.
Dos oficiales -un capitán y un general- causaron bajas abruptas en el Ejército chileno por pronunciarse políticamente y, al parecer, la medida servirá para enfriar los entusiasmos dentro de las filas militares.
Pero muchos chilenos de distintas generaciones todavía se hacen preguntas: algunos lamentaron que Pinochet hubiera muerto; otros, los más, lamentaron que hubiera muerto en libertad, sin haber enfrentado a la justicia.
Pinochet, convertido ahora en cenizas, murió acusado de numerosos crímenes de lesa humanidad y de corrupción en gran escala, que ni los actuales "pinochetistas" pretenden desmentir, aunque dicen que se trata de una "persecución".
Una encuesta de fin de semana reveló que casi el 70 por ciento de los entrevistados rechazó las celebraciones por la muerte de Pinochet, pero la misma cantidad consideró al difunto como el gran culpable de las violaciones de los derechos humanos.
Aparte de un grupo de comprometedores documentos oficiales desclasificados la semana pasada en Washington, también los medios chilenos comenzaron a desempolvar entrevistas y reportajes que en su momento no vieron la luz pública.
Los documentos recién desclasificados vinculan directamente a Estados Unidos con las tácticas de represión de Pinochet, aunque Washington pretenda dar otra visión del tema.
La Nación, por su parte, publicó numerosas columnas y artículos sobre distintos aspectos del período dictatorial, sin excluir el interesante tema de los familiares de Pinochet.
Los diarios El Mercurio y La Tercera publicaron entrevistas realizadas unos años atrás a Pinochet, pero inéditas hasta la fecha, en las que el ex dictador justificó lo obrado durante su régimen.
Por otra parte, en una entrevista de El Siglo al presidente del Partido Comunista de Chile, Guillermo Teillier, el dirigente planteó que "la herencia de Pinochet es la exclusión y la desigualdad".
La revista Punto Final asimismo dijo esta semana en un editorial que "de la muerte definitiva del pinochetismo sólo se podrá hablar cuando el pueblo lleve al triunfo su alternativa democrática".
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