Los salafistas parecen decididos a no dar tregua en el Magreb. Tras los siete atentados que causaron seis muertos en Argelia el miércoles, el Gobierno de Marruecos ha alertado de la grave situación que se vive en la región y anunció una mayor vigilancia y movilización tras las últimas acciones. Rabat hizo pública ayer la detención de siete personas -cuatro puestos después en libertad- presuntamente miembros de una célula terrorista del movimiento conocido como Salafia Yihadia (Salafismo Combatiente).
Los detenidos, según la Prensa marroquí, podrían estar relacionados con el Grupo Salafista para la Predicación y el Combate (GSPC) argelino, que se hace llamar ahora Al Qaida del Magreb Islámico y que reivindicó los siete ataques del miércoles.
Los miembros de este grupo se están desplegando por los diferentes países del Magreb el Sahel, donde están abriendo nuevas alianzas sobre todo tras afianzar sus vínculos con el grupo fundado por Bin Laden.
Máxima vigilancia
El Ministerio del Interior marroquí, con las informaciones recabadas de los servicios de seguridad nacionales y extranjeros, ha doblegado los esfuerzos de vigilancia en puertos y aeropuertos para seguir los movimientos de posibles terroristas fichados por las autoridades, anunció ayer la agencia oficial Map. El ministro del Interior, Chakib Menmussa, dijo que estas medidas se toman debido a «los movimientos en la región» y «teniendo en cuenta las operaciones desarrolladas en la escena regional y el desmantelamiento de cierto número de redes terroristas».
«Nuestra región conoce concretamente graves amenazas terroristas y está expuesta a actos terroristas violentos como fue el caso de un país vecino a principios de semana», dijo el portavoz del Ejecutivo marroquí, Nabil Benabdelá.
Los detenidos en Mequinez el martes preparaban «actos criminales y terroristas contra cuarteles militares y establecimientos universitarios», según fuentes oficiales.
Entre los objetivos, según el Gobierno, tendrían cuarteles militares e instalaciones universitarias. El diario editado en árabe «Al Ichtihad al Ichtiraki», órgano del Partido Socialista, concretaba ayer que iban a atentar contra un hotel y las facultades de Letras y Humanidades de la ciudad. Los detenidos mantenían vínculos con los salafistas argelinos.
Las autoridades de Marruecos han detenido los últimos meses a células que se disponían a cometer ataques en distintos lugares del país -a veces contra intereses extranjeros- o que tenían información sobre miembros del Gobierno.
Desde los atentados que causaron medio centenar de muertos en Casablanca en mayo de 2003, la sombra de nuevos atentados no ha desaparecido sobre el reino alauí.
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