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-De EL DIARIO MONTAÑÉS, España
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El presidente de Estados Unidos concluía ayer una visita de 24 horas a Guatemala donde el protocolo oficial se compaginó, a distancia gracias a las extremas medidas de seguridad, con las manifestaciones de protesta y las pancartas de 'Bush y (el presidente guatemalteco Oscar) Berger asesinos'. Para colmo, el cardenal Rodolfo Quezada lo comparó con el Rey Herodes.
En la penúltima etapa de la gira por Latinoamérica, zona a la que llamó hace unos meses 'su patio trasero', el inquilino de la Casa Blanca y su numeroso séquito, hablaron de nuevo de la lucha contra el narcotráfico, la corrupción, la inmigración y la necesidad de firmar Tratados de Libre Comercio con la región.
Su presencia, sin embargo, fue declarada non grata por organizaciones indígenas guatemaltecas. Un grupo de unos 300 se manifestaron en su contra frente a la embajada estadounidense, donde hicieron pintadas, protagonizaron algunos choques con la policía y anunciaron que realizarán una 'ceremonia de purificación' cuando el gobernante estadounidense concluya su visita a las ruinas arqueológicas de Iximché, en donde presenciarán un acto folklórico que incluye una muestra del juego de pelota maya.
«No estamos de acuerdo con que venga, nos viene a hacer daño», dijo el activista de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina, Maximiliano García. Otra pancartas decía: 'No más sangre por petróleo'.
Ponerse los pantalones
Por su parte, el cardenal Rodolfo Quezada comparó al presidente Bush, con el rey Herodes El Grande, quien según el Evangelio mandó a matar a los niños menores de dos años en Belén: «Yo quisiera hacer una oración para que en esta visita que hace el presidente norteamericano no sea solo un folclor, sino también nuestras autoridades se pongan los pantalones y le digan al presidente Bush la necesidad que existe de tener una ley justa y no ponerse en una actitud propia del rey Herodes El Grande.
En la penúltima etapa de la gira por Latinoamérica, zona a la que llamó hace unos meses 'su patio trasero', el inquilino de la Casa Blanca y su numeroso séquito, hablaron de nuevo de la lucha contra el narcotráfico, la corrupción, la inmigración y la necesidad de firmar Tratados de Libre Comercio con la región.
Su presencia, sin embargo, fue declarada non grata por organizaciones indígenas guatemaltecas. Un grupo de unos 300 se manifestaron en su contra frente a la embajada estadounidense, donde hicieron pintadas, protagonizaron algunos choques con la policía y anunciaron que realizarán una 'ceremonia de purificación' cuando el gobernante estadounidense concluya su visita a las ruinas arqueológicas de Iximché, en donde presenciarán un acto folklórico que incluye una muestra del juego de pelota maya.
«No estamos de acuerdo con que venga, nos viene a hacer daño», dijo el activista de la Coordinadora Nacional Indígena y Campesina, Maximiliano García. Otra pancartas decía: 'No más sangre por petróleo'.
Ponerse los pantalones
Por su parte, el cardenal Rodolfo Quezada comparó al presidente Bush, con el rey Herodes El Grande, quien según el Evangelio mandó a matar a los niños menores de dos años en Belén: «Yo quisiera hacer una oración para que en esta visita que hace el presidente norteamericano no sea solo un folclor, sino también nuestras autoridades se pongan los pantalones y le digan al presidente Bush la necesidad que existe de tener una ley justa y no ponerse en una actitud propia del rey Herodes El Grande.
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