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Guatemala, que compite con Venezuela para ocupar uno de los puestos no permanentes del Consejo de Seguridad de la ONU, ha rechazado la pirueta del Gobierno de Caracas de ofrecer a Bolivia su candidatura para que actúe como una salida de compromiso. "No nos hemos retirado, ni pensamos hacerlo", declaró Gert Rosenthal, ministro de Exteriores del país centroamericano, al conocer el anuncio de Evo Morales, presidente de Bolivia, sobre la oferta venezolana.
Después de las casi cuarenta votaciones celebradas hasta ahora, la candidatura de Guatemala -apoyada por EE UU y la UE, España incluida- no ha conseguido las dos terceras partes de los 192 países de la ONU, pero ha estado siempre por delante de Venezuela, que ha invertido una fortuna y enormes esfuerzos diplomáticos para asegurarse el puesto.
Ayer se celebró la votación número 36 en la asamblea de la ONU en Nueva York y la situación de bloqueo se mantiene, ni Guatemala ni Venezuela lograron el apoyo de los dos tercios necesarios. En esta votación Guatemala obtuvo 109 votos, el número más alto de las 20 últimas rondas, mientras que Venezuela sólo logró 72.
El pasado domingo, el ministro de Relaciones Exteriores venezolano, Nicolás Maduro, dijo que Caracas iba a mantener la candidatura: "Apenas estamos empezando un camino muy largo para quebrar la hegemonía imperialista, y hemos empezado bien", sentenció Maduro, a pesar del fracaso del presidente Hugo Chávez. Horas después, Morales dejó caer la bomba: "Anoche me llamó el embajador venezolano, y luego me llamó el comandante Chávez y me dijo que como le resultaba imposible conseguir los dos tercios para el Consejo de Seguridad, Caracas renunciaba a la candidatura a favor de Bolivia". El propio Chávez confirmó ayer que le gustaría que Bolivia fuera el candidato de consenso y que Venezuela tiraba la toalla porque, aunque "está dando una batalla contra las presiones y las trampas del imperio, es difícil que logremos los votos".
Los observadores coinciden en que la intervención de Chávez en la ONU del 20 de septiembre, en la que dijo que aún olía a azufre después del paso por la asamblea del presidente Bush, al que llamó "diablo", fue fatal para sus aspiraciones. "Todo el mundo daba por seguro que Venezuela iba a tener la mayoría. Lo que ocurrió fue una sorpresa", según Adam Isacson, especialista en Latinoamérica del Centro de Política Internacional de Washington, que lo explica así: "Probablemente su discurso en la ONU y el ensayo nuclear norcoreano han determinado esta situación. Lo del discurso es evidente: el Consejo de Seguridad es un organismo serio. ¿Quién quiere tener allí a alguien que sólo se dedica a dar discursos para espectáculo? Y cuando Corea llevó a cabo su ensayo nuclear, Venezuela fue el único país del mundo que lo defendió, días antes del comienzo de las votaciones. Son estos factores los que han hecho que muchos países retiren su apoyo a Venezuela".
Es posible que el discurso de la ONU y la inflamada retórica contra Washington sean eficaces en la campaña para las elecciones venezolanas del 3 de diciembre, pero en el exterior ha sido contraproducente. Además, los resultados en las elecciones de Perú, México y Ecuador (primera vuelta) apuntan a que Chávez da el beso de la muerte a los candidatos que siguen la estela populista. "Los sondeos de Venezuela sugieren que seguiremos con Chávez otros siete años", indica Isacson, "pero en los dos últimos meses su influencia internacional y su prestigio han sufrido. Su toque es lo contrario del toque de Midas. Chávez intentó una política exterior expansionista que, en su mayor parte, no ha funcionado. Da la impresión de que en los países en los que tiene o ha tenido influencia se debe a su dinero, no a sus ideas, y si el precio del petróleo sigue bajando, eso significa que tendrá cada vez menos dinero para regalarlo a otros países".
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