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TOCOPILLA, Chile (AP) _ La presidente Michelle Bachelet experimentó el jueves en carne propia los efectos de dos fuertes réplicas del terremoto de 7,7 grados que en la víspera asoló el norte chileno, pero mantuvo la calma y exhortó a los miles de damnificados a seguir los planes de emergencia.
Bachelet llegó por la mañana del jueves a Tocopilla y cuando se encontraba conversando con damnificados en este puerto, se registraron dos fuertes sismos de 6,2 y 5,9 grados, según el Servicio de Sismología de la Universidad de Chile.
La gente reunida junto a la presidenta reaccionó con pánico, pero Bachelet llamó a la calma, mientras sus escoltas, nerviosos, la apartaron de un poste de alumbrado público.
Pero la presidente insistía en calmar a los tocopillanos y les decía "entiendo que hay mucho susto, mucha desesperación".
Los sismos no causaron daños en los alrededores de donde estaba la mandataria, quien anunció que el gobierno otorgará subsidios o créditos blandos para que los damnificados reconstruyan sus hogares.
Bachelet sobrevoló Tocopilla, 1.863 kilómetros al norte de Santiago, y el campamento minero de María Elena, 75 kilómetros al sur de este puerto.
"Hay que construir un hospital nuevo, pero eso no es de un día para otro", le dijo Bachelet a las mujeres que la rodearon para solicitarle ayuda.
El jueves en la madrugada llegó a Tocopilla un hospital de campaña de la fuerza aérea, que fue rápidamente armado. "Ya está en condiciones de atender", dijo el general Guillermo Ramírez.
La ministra de Salud, María Soledad Barría, que llegó el miércoles a la zona con sus colegas de Vivienda, Transportes y del Interior, para atender en terreno las necesidades de los damnificados.
Los tocopillanos dicen que fue un "terremoto hipócrita" porque no mostró la verdadera magnitud de la destrucción. Centenares de fachadas esconden paredes y techos en el suelo.
El fuerte sismo causó dos muertos, unos 170 lesionados, la mayoría leves, 15.000 damnificados y más de 4.000 viviendas severamente dañadas o en el suelo, según el balance oficial.
La ministra de Vivienda, Patricia Poblete, estimó que un 80% de las casi 24.000 viviendas de Tocopilla recibió algún tipo de daño. La mayoría de las casas son de adobe, mezcla de tierra y paja.
Tocopilla sigue sin agua, por lo que camiones aljibes del ejército abastecen a la población. La energía eléctrica está regresando.
Cuando a la mayoría le falta el agua, a Luis Porcel le sobra, porque la rotura de las cañerías inundó su vivienda. "No podemos habitarla y hemos tenido que dormir afuera...para cuidar lo que no nos destruyó el temblor".
La ministra de Salud, María Soledad Barría, dijo que se iniciará una vacunación contra la hepatitis e instruyó a la población para que hierva el agua antes de beberla.
La ayuda empezó a llegar a Tocopilla y por la tarde del jueves se espera la llegada de un segundo avión Hércules con alimentos no perecibles, frazadas y catres de campaña.
La oficina de prensa del gobierno dijo que varios mandatarios de la región llamaron para solidarizar con Bachelet y que Argentina, Ecuador, España, Perú, Venezuela y Japón ya ofrecieron ayuda.
Jorge Godoy, alcalde de los 8.000 habitantes de María Elena, dijo a radio Cooperativa que el 80% de las 1.800 viviendas del campamento están seriamente dañadas.
Clamó por ayuda al gobierno "porque no queremos irnos de aquí, que la Presidenta vea cómo aporta a la construcción". También demandó la ayuda de políticos y empresarios.
Chile es uno de los países más sísmicos del mundo y pese a lo fuerte del terremoto del miércoles, no es el gran sismo pronosticado por los sismólogos que debería liberar la energía acumulada en el subsuelo terrestre.
La directora del servicio de sismología de la Universidad de Tarapacá, Bianca Glass, dijo que "no podemos predecir cuándo sucederá, podrían pasar muchos años o ser mañana mismo".
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