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Copenhague, 4 mar (PL) Luego de tres días y noches de disturbios protagonizados por jóvenes solidarios con los ocupantes ilegales de un inmueble que se niegan a desalojar, la capital danesa regresaba hoy a la normalidad.
En un editorial en el que reflejó el estupor social ante la violencia desplegada por centenares de jóvenes que acudieron incluso de Alemania, Suecia y Noruega, el diario liberal Politiken censuró este domingo lo que calificó de ira destructiva y descontrolada.
Copenhague necesita diversidad y espacios libres para la consecuente realización de sueños, pero no anarquía, señaló la publicación en referencia a la quema de vehículos, de una biblioteca y de comercios al igual que a los enfrentamientos con la fuerza pública.
Tras la operación desplegada en la mañana del jueves para desalojar a ocupantes ilegales de un centro juvenil en el barrio obrero multiétnico de Norrebro, la policía de la capital danesa debió enfrentar la ira de centenares de adolescentes.
A causa de los enfrentamientos resultaron detenidos unos 600 protestantes, al menos 140 de ellos extranjeros, lo que llevó a las autoridades a coordinar con las de Berlín, Oslo y Estocolmo mayores controles fronterizos, según medios de prensa locales.
El centro "Ungdomshuset" ha estado ocupado por jóvenes ilegales desde 1982 y en el 2000 el Ayuntamiento capitalino lo vendió a una iglesia cristiana que obtuvo una orden judicial para desalojarlos. Desde entonces se viene incubando la disputa.
Unos mil simpatizantes de los ilegales se manifestaron en diciembre pasado en contra de su desalojo y chocaron con la policía, que detuvo a 300 de ellos. Espontáneas muestras de apoyo ocurrieron en Alemania y Noruega.
La policía danesa atribuyó el apaciguamiento de los ánimos al arresto preventivo ayer sábado de cerca de un centenar de jóvenes particularmente violentos.
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